El día estaba suave, el cielo parecía no querer molestar, como si no quisiera alertar a nadie.
Ella apareció con su traje blanco, estaba radiante como los rayos de luz que empezaron a dejarse ver y
no querían perderse a una novia que deseaba una boda íntima.
El novio llegaba a caballo, como el principe de un cuento que viene a buscar a su princesa.
El sol ahuyentaba a las nubes para dar paso a un amor verdadero, nuestra Paz se casaba.
"Os declaro marido y mujer" decía el alcalde, la gente emocionada, miradas de complicidad, palabras de amor, risas, lagrimas de felicidad...
Antonio y Paz, os deseamos lo mejor. Nunca olvidaremos vuestra boda.
FELICIDADES.